Con ganas de follar no perdona al cuñado
La biología tiene sus propias reglas y estas, no se pueden saltar de ninguna forma. En un principio, parece que si podemos, pero la realidad es que las hormonas terminan por gobernar la vida de los individuos. Y un ejemplo claro es esta mujer, quien con ganas de follar, no perdona a su cuñado. Que sea el marido de su hermana le da igual, ella solo quiere hacer una mamada y luego que su coño tenga la clavada que ella cree que merece en ese momento. Aunque realmente la necesita. Por ende, es fácil entender que al final, cuando no aguantan las ganas, todas son unas putas.