Enculando a la sirvienta asiática para no perder la tradición
La jovencita vive la vida que quiere. Hace pocos meses estaba en el mercado ofreciéndose al mejor postor del momento. Con suerte algún turista se portaba bondadoso y ella podía comer ese día. Ahora tiene toda la comida que le entre en la pansa y además, toda la ropa que quiera compra. Un techo y seguridad. Porque es sirvienta en el primer menudo y lo que más aprecia su jefe, es pasar rato enculando su ojete. Es como una tradición para ella y no hay que perderla. Por eso siempre que este tío saca su polla, ella automáticamente abre las piernas para que se la meta completa.