Estudiante jovencita seduce a su viejo profesor
Es la estudiante que querría cualquier profesor. Una chica guapa, atractiva, inteligente y además una guarra. La chica se puso caliente a mitad de clase, es lo que tienen las hormonas. Ella veía en su profesor una imagen de autoridad, incluso paterna. Era algo que ella necesitaba, puesto que no llegó a conocer a su padre. El problema es que confundía deseo sexual con necesidad paternal. Pero el hombre lo entendió como lo había hecho cualquier tío, una jovencita con ganas de follar con un hombre mayor.
La chica se iba quitando ropa, iba enseñando carne y el hombre se calentaba cada vez más. Se dio la vuelta y con su mano tocó el pecho de su profesor, era una clara invitación a que él participase en lo que ella deseaba.
Tendría que haber sido de piedra para resistirse ante aquella belleza, por lo que obviamente no acabaron la clase, pero si que terminó lo que ella había empezado.