La sirvienta también tiene derecho a follar
Llega de África y descubre un mundo completamente nuevo para ella. Ya no tiene que ir al rio a buscar agua porque esta, va directamente donde ella esta. Tampoco tiene que arriesgarse a ser comida por un cocodrilo mientras se baña porque en un baño, no hay animales de ese tipo. Sin embargo, lo que más le gusta es que su jefe entiende que la sirvienta también tiene derecho a follar. Ella solo tiene que exhibir su cuerpo como lo hacía en la aldea, pero ahora, este hombre blanco le pone las manos en el culo para acariciarla y luego se pone a penetrar su coño.