Necesitaba una polla y no le importó que fuera la de su hermano
Su hermanita estaba cachonda aquel día, tal vez demasiado. En condiciones normales se habría masturbado, pero había algo que le apetecía más que tocarse ella misma el coño. Su hermano estaba justo en la habitación de al lado, y estaba segura de que si intentaba seducirlo él iba a aceptar. Se acercó mientras el chico dormía y él se despertó. Allí estaba su hermanita sonriendo con su faldita y sus braguitas mojadas. Quería su polla y él lo sabía, por lo que le faltó tiempo para sacársela. Después de jugar un rato el tío acabó metiéndosela en su estrecho culito de jovencita, ella disfrutaba como una cerda. Y no solo disfrutaba por la follada, sino también por el hecho de sentir a su hermano dentro de su culo.