Su padrastro juega a ponerle la polla en el brazo y a la zorra le gusta
La sonrisa que siempre le mostraba no era ternura, tampoco era afecto simple y común con el que se espera que tenga una hijastra, resultó ser otra cosa. Algo que le costó mucho descubrir hasta que un día, con unas copas en el cuerpo, el padrastro juega a ponerle la polla en el brazo y la zorra le gusta que lo haga. Hasta la toma con sus manos y empieza a hacerle una mamada para que se le ponga dura y en ese momento fue que empezó a follar a la jovencita. Su coño tan tierno y peludito, estaba muy deseoso de tener folladas darías, eso es lo que hace el tío por ella.