Te dije que ya puedo follar como una zorra
—No creo que puedas hacerlo, eres muy jovencita todavía—, le dice su primo mientras ella sonríe y se mueve como si ya tuviera mucha experiencia en el sexo. Sin embargo, pasa lo que siempre pasa: este chaval no tiene idea la calentona que tiene en frente. Y mientras ella se quita la ropa y empieza a mostrar sus habilidades sexuales, le dice: “te dije que ya puedo follar como una zorra”, mientras monta su polla. Una realidad que él tiene que aceptar porque ella lo está haciendo como se hace. Su coño ya es experimentado y no hay forma de objetar la afirmación que ella hace.